sábado, 3 de septiembre de 2011

¡Cyanistes a la mar!

Hace más de cinco millones de años, en la costa norte del continente que hoy llamamos África se generó y extendió una subespecie de ave de la familia del gorrión; un pajarillo de color pardo de los que andan dando saltitos y baten las alas con hiperactividad.
El año 5.952.322 antes de Jesucristo se caracterizó por el hecho de que unos cuantos individuos de esta especie pequeña e inquieta, al que más tarde los estudiosos llamarían en un latín generalizante Parus, se aprovechó de la total desecación del mediterráneo que acontecía por aquella época para pisar por primera vez la costa europea.
Este grupúsculo colonizaría el nuevo continente acomodándose a sus distintas condiciones climáticas sin mucho esfuerzo genético. Los londinenses a día de hoy toman el té mientras reconocen asombrados la inteligencia de algunas de estas criaturitas plumíferas al ser capaces de abrir las botellas de leche que el lechero deja en las puertas de sus casas.
Sin embargo, cuatro millones de años antes de que el Homo Hábilis empezara a manipular la piedra, algunos de los numerosos Parus que decidieron quedarse en el continente africano se aburrían. Pese a no ser un ave migratoria, fue presumiblemente el enorme hastío que les producía la costa africana lo que los impulsó a adentrarse en el interminable mar del Oeste sólo pertrechados con alguna rama o tronco que hiciera de esquife y el viento a su favor. ¡Y lo hicieron muchos! Prueba de ello es que los que no perecieron en el azul interminable llegaron a unas islas a cien kilómetros de la costa más occidental.
Y no sólo llegaron, sino que procrearon y volvieron a embarcar sus destinos, hasta siete veces con buen tino. Al final, con quinientos kilómetros netos recorridos, habían colonizado siete islas de naturaleza volcánica, con abundante vegetación frutal y un clima que sus homólogos europeos sólo encontraron a miles de kilómetros de su tierra originaria.
En estas islas, la especie fue adaptando sus costumbres alimentarias a las posibilidades de cada peñasco, y modificando su plumaje como en pos de encontrar una bandera que nos permita hoy su identificación a través de las cámaras de nuestros móviles enciclopédicos. Así, actualmente sabemos que el singular gorrión de plumaje azul intenso, pecho amarillo y cabeza negra es una variante generada en las Islas Canarias que contrasta con sus homólogo europeos y africanos de color marrón.
Dando un gran salto en el tiempo, Lineo describió en 1758 a un pajarillo de plumaje azul en su Systema naturae. Por el color, adjetivó Cyanistes al nombre Parus. Se trataba de otra subespecie similar a la canaria que se había extendido por Europa y África pero éste tenía la cabeza azul, no negra. En aquel entonces, la historia y la ciencia apuntaron sin acierto que esta nueva especie de gorrión de plumaje azul y verde y cabeza azul era la rama madre del grupo más pequeño que más tarde registrarían, el endémico de Canarias. A la primera la llamaron Herrerillo Común (Parus Cyanistes Caeruleus) y se había extendido ya por Europa, África y parte de Asia. La segunda, muy parecida, sólo existía en las islas antedichas y parte del Oeste de África, y se la llamó Herrerillo Africano (Parus Cyanistes Teneriffae) .


La ciencia y la historia son disciplinas que ganan en credibilidad cuanto más desmienten afirmaciones pasadas a favor de conclusiones cada vez más complejas, puesto que complejo es nuestro mundo. Lo cierto es que ahora se pregona a los cuatro vientos que hubo un momento, en que el Parus Cyanistes teneriffae, la variante canaria, se aburrió una vez más en las islas volcánicas del Atlántico y volvió a su continente originario extendiendo su plumaje azul por África y quitándose el casco negro al ver el largo camino que le quedaba por recorrer cuando llegó de nuevo al Oriente Medio. Hace más de cinco millones de años.


*Fuente inductora noticia de EL PAíS
Foto izq: Parus Lophophanes Cristatus (fuente wikipedia)
Foto centro: Parus Cyanistes Teneriffae  (autor: J. Sagardía )
Foto der: Parus Cyanistes Caeruleus  (fuente wikipedia)

2 comentarios:

  1. han estado poniendo en "La 2" un documental sobre las galápagos la mar de interesante (o, como habrías dicho tú en tus buenos tiempos, "se saaaale")

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  2. Me encanta. Para tí es imposible escribir "se saaaale" con la entonación adecuada.

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